sábado, 28 de enero de 2012

El puente 43

El recuerdo de ese pequeño río con peces de colores era sólo eso... un recuerdo. Las piedras parecían ser el agua de ese arrollo, los peces sólo en la imaginación de Nathanielle podían subir a la superficie a saludarla, el agua ahora era invento de sus oídos, pues ese lugar era ahora irreconocible.
La hada buscó por todos lados el brillo de algún girasol, pero le era imposible encontrarlo. Quizás era la nostalgia que le daba recordar el latido del corazón de Musiel y el suave sonido del agua y ahora notar que ese recuerdo había quedado destruido. Secó sus lagrimas y con valor siguió buscando por todos lados. "Aparece por favor"- decía en voz alta sabiendo que nadie iba  escucharla, quizás no había nacido ahí un poco de su magia y resignada se sentó en una enorme piedra gris que le permitía ver todo ese paisaje extraño, del cual nunca iba a acostumbrarse a ver. En su momento de enojo Nathanielle metió su delicada mano dentro de la bolsa donde había metido el pétalo de girasol y lo dejó caer al pasto seco. Este iba cayendo lentamente, meneándose con el viento; como si evitara caer de golpe y prefiriera danzar un poco con la brisa antes de reposar en ese suelo árido. Al momento que este cayó Nathanielle se bajó lentamente de la piedra y mientras caminaba en sentido contrario al pétalo sintió que una fuerte luz iluminaba su espalda y atravesaba los lados de su rostro un fuerte color anaranjado, cómo si el sol hubiera bajado y estuviera tocando su espalda pidiéndole que se diera la vuelta. Nathanielle no pudo evitarlo más e intrigada por saber que era ese rayo de cálida luz se dio la vuelta y es así como pudo verlo. El pétalo en el suelo brillaba y a poca distancia de el brillaba atrás de una pila de pequeñas piedras de colores un girasol que parecía escondido y lo más extraño es que al elevar la vista en muchos lugares más se podían ver luces naranjas y doradas que iban hasta el cielo. "¿Entonces tenías que tocar el suelo para mostrarme donde están los demás?"- dijo Nathanielle mientras se agachaba y ponía el pétalo entre sus manos. Inmediatamente los rayos de todos los lugares se desvanecían en el aire. -"Entonces este será nuestro secreto."

1 comentario:

  1. Es como tener la llave de la magia es como una clave para lo innombrable salga a la luz, no puedo creerlo Nathanielle no debe darse por vencida, aunque me sigue preocupando que ste sola en esos lugares tan desolados, pero creo debo recordar que todo sigue un poco como antes solo que se mantiene escondido de los ojos, escondidos de la vida real...

    Me encanta!!!

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