sábado, 7 de enero de 2012

El puente 29

Al pronunciar su nombre el silencio en el puente entumeció sus piernas y sentía como si un helado soplo de aire congelara todo su cuerpo y la comenzara a volver una estatua de hielo en medio de ese puente, aún firme y de madera de una madera obscura que sufría junto con ella el fuerte viento que lastimaba su piel. De pronto el aire ceso, sus cabellos estaban congelados en el tiempo, junto con las hojas muertas que volaban a su alrededor justo en el momento en que se paro el espacio para que ellas dos se vieran por primera vez. -"¿Nathanielle?" dijo la brisa apenas murmurando y de pronto a lo lejos como cabalgando el aire una mujer vestida de negro se acercaba a ella flotando. Ella no podía moverse, sus diminutas alas parecían pintadas en ese lienzo que la mujer dibujaba a su antojo. Paso la mujer su mano por el rostro de la chica y de pronto se pudo mover. "Contéstame niña, eres tu Nathanielle?"  El hada la miraba fijamente a los ojos, sin miedo; como si los conociera o supiera más de esa mujer a pesar de jamás haberla visto; jamás haberla conocido. -"Así es Señorita, soy Nathanielle." La mujer al oírlo de sus labios sonrió como si le hubieran dado la mejor noticia de su vida. "No sabes cuantas ganas tenía de conocerte, de conocer un hada; por que aunque no lo creas aún en mi posición jamás conocí un hada y menos una tan bonita cómo tu, ahora que te veo comprendo muchas cosas... pero sin embargo y aunque no vayas a creerlo vengo en son de paz y se que tu vienes con una propuesta que estoy más que dispuesta a escuchar." Nathanielle la veía algo mortificada por la simpleza y extraña carisma de esa mujer de cabellos obscuros y largos que alardeaba de algo que ni siquiera habían hablado. "Sólo quiero que deje a mis hermanas regresar a estas tierras, usted no las quiere y no las va a necesitar." -¿Pero que dices niña? Yo necesito todas las tierras que estén cerca o en mi reino, y esta aunque sea mágica igual me pertenece... no puedo dejarlo así como así; a menos..." Bien sabía aquella mujer que es lo que quería y que esas tierras si tenían un precio, uno muy alto; incluso más alto que el que toda la magia pudiese dar. -"Tu sabes que requiero que pidas tus alas de regreso y liberes a Musiel del embrujo en el cual lo metiste." -"No es un embrujo, así no funcionan las cosas aquí, no toda somos como ust-" -"Ni lo intentes Nathanielle, hazlo y más de una vida será perdonada y más de un hogar recuperado." -dijo Lesia.

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