sábado, 31 de marzo de 2012

Estrellas y acertijos.

"El tiempo se toma unos segundos antes de anunciar que ha anochecido. La luna se toma tiempo para cambiar su sonrisa e iluminar con mayor o menor intensidad los pasos de algunos hombres que con insomnio recorren la ciudad.  Las dudas se toman tres minutos para hacerte cambiar de panorama y te invitan cada media hora a cambiar de opinión. Así las estrellas que son eternas tardan en anunciar que han desaparecido, tardan tanto como una vida sobre la tierra y las estrellas que vieron tus abuelos son las mismas que tu ves una noche desaparecer... 

El tiempo se toma unas horas antes de anunciar que va amaneciendo, te prepara y te enseña que siempre es flexible, que lo que ves quizás no es a velocidad media, que lo que haz visto quizás pasó demasiado rápido. La luna y las estrellas son parte de lo que el que no puede dormir quiere contemplar para despejar sus dudas antes de desaparecer."

jueves, 29 de marzo de 2012

Pistas...

Sólo dame la pista de que aun estás ahí...
atravesando los árboles con tu mirada y siguiendo mis pasos a la distancia.
¿Aun me ves? 
Déjame sentirte de nuevo en una brisa, en un suspiro...
di de que color se ve mi cabello con el sol esta vez,
susurra mi nombre y hazme voltear de la nada a buscarte.
Abrázame.
¿Aun me ves?

miércoles, 28 de marzo de 2012

martes, 27 de marzo de 2012

El puente 85

-Agatha-

Los recuerdos de aquél día, de la luz blanca y de Femix hacían a Agatha no poder conciliar sueño dentro del capullo que formaba una rosa roja que abrigaba sus sueños. "Femix" - se decía mil veces desde dos meses atrás pensando que el repetir su nombre haría que él regresara o al menos el recuerdo que tenía de él nunca desapareciera. La culpa invadía su pequeño cuerpo, pero sabía que no podía haber hecho otra cosa, sin embargo no pudo decirle lo que sentía, ni siquiera uno de sus secretos antes de verlo desaparecer delante de sus ojos.
Una mañana Agatha se despertó dispuesta a encontrar a la araña, no sabía por donde empezar ni a quién acudir para intentarlo, pero volaba muy cerca del cielo buscando a la hada de sol. "Necesito encontrar a Femix."- dijo muy quedamente la libélula algo avergonzada de su petición pero con la esperanza de que alguien hubiera escuchado su débil deseo. -"Se que quieres encontrarlo, pero eso es imposible Agatha; ya pasó demasiado tiempo y lo más probable es que sea casi tan difícil de distinguirlo cómo es difícil distinguir una hoja mordida por una pequeña hormiga en medio de una pila de millones de hojas secas." contestó la hada de Sol que bajaba lentamente acercándose a la libélula. -"Pero puedes intentarlo." Agatha la miró decidida, ella quería encontrar a Femix. -"Su destino no fue muy lejos de una pequeña ciudad al norte de BlumenTown lo más probable es que haya hecho su vida por allá." Agatha sonrió suavemente a la hada y se dirigió sin mirar atrás a ese lugar donde estaba segura encontraría a su araña.

lunes, 26 de marzo de 2012

El puente 84

Aun siendo un torbellino pudo ver el agujero en el suelo y lo supo, su labor había terminado; se difuminó entre el viento gélido y las miradas de angustia de sus espectadores. Mientras se dirigía de nuevo al castillo aun la rabia de haber visto a Andél ahí, la hacía no sentirse completamente feliz de su propósito. -"¿Pero que te ocurre si tu al principio estabas de acuerdo con esto?" - se dijo a si misma cómo si hablara con su esposo. Su vestido negro llevaba pegados algunos de los pétalos secos que se habían impregnado a él, el color del girasol había desaparecido por completo y cómo rayos de sol quemados ahora eran solo cenizas, ella suavemente retiró con sus dedos las sobras del desastre y se adentró calma y sin gesto alguno al castillo. "Ya pasó todo mi lady?" - preguntó uno de los sirvientes mientras se acercaba a la última silla del comedor donde Lesia esperaba su almuerzo. -"Eso creo, estoy segura de que vi destruida esa flor, pero hay algo que no me convence del todo." -"Es normal señorita Conllord, siempre que uno vuelve de una batalla siente que las cosas no van bien; las guerras son las que marcan el fin de las pesadillas, las batallas son solo rocas en el camino." Lesia miraba extrañada a aquel sirviente que le hablaba tan descarado y sin miedo, el único que se había atrevido a hablarle así. -"¿Eres nuevo?" - "No mi lady llevo trabajando en el castillo más de 7 años, mi padre fue jardinero aquí y después pasó lo del cielo rojo y desde entonces yo he estado trabajando aquí con un nombre distinto, mi padre murió." La dama de negro lo veía con malicia como si supiera de quién se tratara, con su mano hizo un ademán para que el chico desapareciera de la habitación. -"Con que tu eres el hijo del amante de la reina de este castillo..."

domingo, 25 de marzo de 2012

Suspiros...

Aveces sólo es necesario creer que en verdad alguien puede sentirte y estar a tu lado aun cuando crees que no hay nadie junto a ti, suspiros son los que faltan para substituir a los respiros regulares... que se hacen cuando estas lejos de lo que te hace creer.

Yo creo que por cada suspiro hay una vida, que por cada vida hay un motivo y aveces sobran o faltan los motivos, pero cuando respiras saliendo de lo normal.. cuando disfrutas el aliento y exhalas sintiendote vivo es cuando lo sabes... estás ahí. Está ahí.

sábado, 24 de marzo de 2012

viernes, 23 de marzo de 2012

El puente 83

-Recuerdos de Él-

Rusiel estaba delineando sus delgados labios con un color rosa obscuro justo en el momento en que Musiel entró a su habitación, la sonrisa de su hermana era de lado a lado y el jamás la había visto sonreír así. "Te ves muy bonita Rusiel." - dijo el chico despeinado mientras caminaba a su hermana quién se abalanzó a sus brazos emocionada. "¿Estás feliz por mi?" -"Seguro que lo estoy." - contestó Musiel sin poder evitar sonar serio o seco. Su hermana no notó la frialdad y quizás Musiel se sentía decepcionado a pesar de las palabras de Andél el no podía ocultar su desagrado. -"No creo que sea una buena idea hermana." -"¿Qué? - el silencio había sido interrumpido mientras Musiel le ayudaba a colocarse unas flores blancas en el cabello dorado. -"Que se que él no te hace inmensamente feliz todo el tiempo." -"Nadie puede hacer feliz a otro ser todo el tiempo." -"Pero él no evita el lastimarte, casi todos lo hacemos sin querer y él..." -"Él es el hombre que amo." Ambos se quedaron callados mientras él aun colocaba pequeñas flores blancas en el cabello de Rusiel. La sonrisa de ella no había desaparecido pero Musiel irradiaba enojo y angustia de pronto su hermano le dio un pequeño beso en la mejilla y susurró. "Yo sabía que alguien en esta boda iba a decirme lo que pensaba en verdad de mi matrimonio y sabía que serías tú y en verdad lo agradezco, por que eres el único que me cuida de verdad... en todo momento." Musiel se sentía aliviado pero aún algo desconcertaba su ser... quizás no quería ser siempre el que dijera las palabras malas y provocara a las personas salir de sus ilusiones, tal vez quería ser un simple chico que entra a la habitación de su hermana antes de una gran boda, le da un abrazo y le dice que todo saldrá bien.

jueves, 22 de marzo de 2012

El puente 82

-Recuerdos de Ella-

"Hace mucho que no lo veo suspirar." - dijo un hada encorvada, sentada frente a un lago donde hacía poco se había comprobado la magia de un jinete. A su lado una libélula flotaba en al aire, parecía un amuleto inmóvil que escuchaba las palabras de esa hada. -"¿A donde crees que haya ido su felicidad?" Agatha se acercó a su oído lo suficientemente cerca para que escuchara, lo suficientemente lejos para que no entendiera. "Los humanos son muy complicados." - susurró. Los ojos de Nathanielle se abrieron lo más que se pudo y sus labios se separaron ligeramente uno del otro. -"Quiero aliviar su mal estar." -"Lo haces, sólo que ni la magia más poderosa puede alterar a un humano y menos cuando este humano tiene una dosis de magia corriendo por sus venas." -"¿De que hablas?" Agatha se quedó callada.Nathanielle no podía sacar de su mente la idea de calmar las ideas de Musiel, la idea de tocar su pecho suavemente y decirle que todo iba a estar bien, cerraba sus ojos y ahí estaban los de él; mirando hacia la nada. Después de un largo silencio donde las nubes pasaron de ser rosas a ser naranjas y de naranjas a azules Agatha recitó: "Un corazón que siente lo hace toda la eternidad; una mente que piensa no conoce límites ni siquiera en sueños. Las alas las utiliza quien desea volar y cansa sus pies aquél que no desea creer en sus alas. Un corazón que ama comprende a una mente extraña y una mente extraña anhela siempre un corazón. Las alas envuelven esa idea y los pasos en tierra rescatan esa unión." Agatha voló lejos de Nathanielle y la hada giró el cuello lo más rápido que pudo y sin embargo no la alcanzó a despedir. La noche se hizo presente y los pasos de esa hada iban con pesar hacia las cabañas, pero de pronto en medio de dos árboles vio un pedazo de papel iluminado por la luna, al agacharse pudo leer las primeras letras que era justo lo que la libélula le había dicho unas horas antes y al tocar el pergamino lo supo, era un cacho más del pergamino.

martes, 20 de marzo de 2012

lunes, 19 de marzo de 2012

El puente 81

El hombre lobo se abalanzó hacia el girasol cubriendo con su enorme cuerpo los últimos dos pétalos que aun sobrevivían al torbellino. El viento se hacía cada vez más y más fuerte para el jinete y la hada era imposible abrir los ojos y al igual que el hombre lobo Musiel cuidaba a su hada; protegiéndola del fuerte viento, con todo su cuerpo. Griham no estaba en ningún lugar, los trolls eran especialistas en ocultarse y el pequeño estaba bajo la tierra padeciendo el miedo de que algo le pasara a sus amigos. -"Por favor para ya." Aunque parecía increíble Lesia desapareció de un momento a otro, el aire volvía a la normalidad pero el lugar había quedado destruido, al momento que Nathanielle y Musiel abrieron los ojos ya no estaba el hombre lobo ni el girasol, en cambio un hoyo profundo decoraba esa horrible escena. "¡El girasol!" -gritó Griham mientras salía poco a poco del agujero que había encontrado para ocultarse. La hada con lagrimas en los ojos recorría ese agujero intentando encontrar un pétalo o un indicio de lo que había ocurrido. -"Se lo ha llevado." -"Yo creo que se lo llevo Andél." - contestó Musiel cargando a Nathanielle. "¿Que le ocurre a tus Alas?" - preguntó el jinete acariciando suavemente las alas de su hada. -"¿De que hablas?" -"Tienes unas pequeñas naciendo del centro." El corazón de Nathanielle se hizo pequeño, era necesario que le contara a su amado los riesgos que representaba que su corazón latiera de miedo. Al explicarlo Musiel la apego suavemente a su pecho y susurró. "Nunca más volveré a sentir temor mi amor, esta vez ya casi no lo sentí. Temía que algo te ocurriera, pero no temía a Lesia en si." -"Yo lo sé amor, por eso solo fue un pequeño cambio, las alas crecieron muy poco. ¿Si tu hermano huyó con el girasol... donde crees que esté?" -"Hay que buscarlo, buscar tu girasol..." -"...y buscarlo a Él." ambos terminaban la frase uno del otro causando una sonrisa en los labios de Griham. -"No quiero interrumpirlos, pero hay una libélula atrapada en ese pequeño frasco, que hacemos?"

domingo, 18 de marzo de 2012

El puente 80

Agatha observaba a Musiel y Nathanielle desde el otro lado del vidrio empañado, sabía que ellos no podían verla tan bien como ella los miraba a ellos. El cabello de Nathanielle se movía suavemente con la brisa gélida que viajaba de derecha a izquierda y el cuerpo de Musiel parecía de cristal a punto de romperse, a punto de quebrarse ante aquella única verdad. "¿Agatha?" - susurró Nathanielle intentando volar hacia Lesia. -"Por dios, no me digas que sientes lastima por esta traidora, que destruyó todo por puro egoísmo." -"¡Mientes!" - gritó Musiel parándose con pesar sobre sus piernas temblorosas, tenía miedo pero antes que nada sentía coraje. -"Déjala en paz Lesia." -"¿Dejarla en paz? Ella vino a mi y se todo, se lo que significa esa estúpida flor; pero sobretodo lo que puede hacer." - "No sabes nada." -contestó Nathanielle. Lesia se agacho y la miró fijamente a los ojos. -"¿Enserio no se nada?" -"No." - aseguró la hada sin temor. Muy en el fondo ella sabía que si hacía sentir seguro a Musiel su corazón se tranquilizaría y todo estaría mejor, la magia no era lo importante; solo el hecho de que no se olvidaran mutuamente. -"¿Que me falta por saber?" -"Nathanielle basta por favor." - dijo Musiel poniéndose en medio de la hada y la dama de negro. -"Entonces supongo que no te importa que destruya tu hermoso girasol." - al decir esas palabras Lesia se desvaneció en el aire y de pronto un torbellino comenzó a agitar los cabellos de ambos jóvenes y los pétalos de la flor que se arrancaban lentamente de la flor, Nathanielle sufría por cada pétalo que era arrancado. Musiel la tomó entre sus brazos e intento huir del lugar pero le era imposible. Uno a uno los pétalos volaban en el aire solo quedaba uno en ese girasol cuando de pronto de la nada un hombre lobo se abalanzó sobre el torbellino. Ambos veían a ese hombre lobo morder el aire negro, era algo increíble de ver; nadie de los dos podía percibir con exactitud que pasaba, pero un hombro lobo los salvaba de un torbellino de sombras.

sábado, 17 de marzo de 2012

:3

Diego anda por aquí <3 No puedo concentrarme en nada más.

viernes, 16 de marzo de 2012

El puente 79

-Agatha-

Femix corría por las hojas verdes coloreadas con gotas de rocío rosadas intentando encontrar a Agatha, sus largas patitas lo hacían extremadamente ágil y había llegado exactamente al punto donde ningún espectador lo observaba, donde no había nadie que notara las pequeñas hadas en su lomo; donde nadie pudiese saber de su trampa. A lo lejos pudo ver las alas moradas de Agatha agitándose agilmente por el viento. "Agatha"- susurró el escondido entre las hojas de colores.La libélula volteó hacia abajo y ahí estaban los 8 ojos de Femix observándola. "Mira lo que te tengo." - dijo la araña mirando fijamente a Agatha. "¿Que haz hecho?" - dijo enojada la criatura alada mientras retrocedía volando a poca distancia de él. "Quiero ayudarte, quiero que los dos nos quedemos en el mundo mágico Agatha." La libélula molesta voló al extremo de ese pequeño sendero donde ambos estaban. "No Femix, no quiero esas hadas tu las encontraste todas debes ir a entregarlas, y si se enteran de que intentabas ayudarme no te dejarán ser uno de ellos. ¿Porqué tenías que hacerlo?" - "Por que quiero estar contigo, perdón." -"Es que eso va a ser imposible, tu las encontraste... estás en el mundo mágico, si dices que ibas a hacer trampa inmediatamente serás desterrado al mundo humano." La araña sentía que comenzaría a llorar en cualquier momento, no quería estar lejos de la libélula. "Y si las entregamos y decimos que haríamos trampa y ambos vamos al mundo mortal?" -preguntó Femix nervioso. Agatha lo miraba sorprendida y a pesar de que quería estar al lado de él, quería más formar parte del mundo mágico. -"Vamos." Ambos insectos se acercaron al campo de juego donde en las gradas libélulas y arañas festejaban el triunfo de ellos. -"Femix y Agatha, acérquense por favor, creo ya tenemos 2 de tres ganadores." dijo el hada de Sol caminando hacia las criaturas. -"Tenemos que decirle algo." - dijo la araña decidida. El silencio se hizo presente, todos los insectos guardaban silencio esperando escuchar el discurso de victoria de la araña. "Femix quería entregarme una de las hadas." - dijo Agatha casi inmediatamente después del silencio. La hada de sol veía decepcionada a la araña quien sin poder creerlo miraba a la libélula que le correspondía la mirada con una de tristeza y pena. "Lo siento." -susurró Agatha. -"No tienes nada que lamentar, hiciste muy bien en ser honesta y no aceptar la trampa... eso te coloca inmediatamente en el mundo de magia, necesitamos la honestidad sobre todas las cosas y aunque Femix quiso actuar con bien, iba a mentirme y eso es imperdonable." "¿Que pasará conmigo, dolerá?" -preguntó la araña aun mirando a Agatha. -"No, solo olvidarás." -"Te amo." -"Te amo."- contestó Agatha y de pronto una luz azul tan intensa hizo cegar a la libélula y segundos después, ya no estaba.

miércoles, 14 de marzo de 2012

El puente 78

El hombre asustado se levantó bruscamente del suelo y desapareció entre la niebla que rodeaba el castillo, Lesia solo lo miraba atónita sin mover un solo musculo de su cuerpo, dejaba a aquel hombre huir de ella. "¿Lo saben?" se dijo a si misma. -"Saben que Andél es el hombre lobo que oculto en el calabozo, que tonta soy." El día era demasiado gris y eso lo hacia parecer de tarde cuando apenas comenzaba la mañana, la dama de negro tenía que idear un plan para encontrar a su esposo antes de que este encontrara a su hermano. 
Al entrar a su habitación encontró a la pequeña libélula dormida en la copa de cristal volteada donde había estado los últimos días. "¿Sabias que ninguno de ellos ha preguntado por ti? ¿Que no es obvio que no te necesitan?" - dijo Lesia mientras maquillaba sus labios frente al espejo roto del cuarto. Agatha apenas tenía fuerza para estar en sus patitas, le agotaba el hecho de sentir tanta culpa invadir su cuerpo y aunque sus amigos no preguntaran por ella, no importaba; ella había hecho el mal. -"No me lastima lo que me dices, lo merezco." -"¿Crees que mereces que se olviden de ti? Pero ni siquiera saben que los haz traicionado!" - rió Lesia. -"No necesitan saberlo, la magia blanca va más allá de saber cuando alguien te hace daño, no son como tú que viven aferrados a rencores y pasado." - contestó la libélula haciendo rabiar a la dama quién levantó la copa de vidrió y saco bruscamente a Agatha para después meterla en un pequeño contenedor de vidrio. -"Mi pasado no es de tu incumbencia, animal." La dama se desvaneció con Agatha en una nube de humo negro, se dirigía a esa flor que podría significar el fin.

martes, 13 de marzo de 2012

El puente 77

-Recuerdos de Él-

"¿Crees que vaya a ser feliz?"-preguntó un joven Musiel de 15 años a su hermano de 20 que lo miraba de reojo mientras se abrochaba los botones de su chaleco negro. -"Pero claro que va a ser feliz, se casa con la persona que ha amado los últimos 15 años." -"¿Pero cómo puede saber que es el amor de su vida si nunca conoció a alguien más?" - siguió cuestionando Musiel a Andél mientras ambos se reflejaban en el enorme espejo de su habitación, el chico de 15 intentaba acomodar su alocado cabello negro lo cual resultaba imposible. -"Mira Musiel, no todas las personas son tan complicadas como tú, no necesitan saber más del mundo para saber que el suyo es su favorito." - contestó Andél mientras ayudaba a Musiel a acomodarse el cabello. -"¿Porqué crees que todas las personas aman ir a bodas reales, pero las bodas sencillas nunca tienen invitados... sabiendo que las bodas sencillas son más honestas?" Andél sacudió suavemente los hombros de su hermano. -"Vamos tonto, no sigas cuestionando... nuestra hermana se casa y ella es feliz, sólo procura tener una sonrisa y basta de ideas absurdas, también en las bodas de realeza hay amor, créemelo." A pesar de las palabras de su hermano Musiel no creía que su hermana fuera a ser feliz con su prometido, por alguna extraña razón jamás le había agradado, era un hombre delgado y alto de ojos verdes y porte distinguido; había sido el mejor amigo de Rusiel desde los 10 años y ahora se convertiría en su esposo, pero Musiel había visto llorar a su hermana incontables veces por aquel delgado hombre y por eso estaba seguro de no querer ver a su hermana casarse con él.

lunes, 12 de marzo de 2012

El puente 76

-Recuerdos de Ella-

"¿Que tipo de hada eres?" - preguntó Musiel mientras acariciaba los cabellos castaños de la hada que estaba recostada en su pecho. "Soy un hada de girasoles. ¿Te gustan?" -"Pues soy un poco más de orquídeas." - contestó Él sonriendo mientras hacía enojar a Nathanielle que lo veía con una mirada intensa. "Solo estoy jugando! Me encantan los girasoles, tengo muchas anécdotas con ellos, creo es una flor que no muchos toman en cuenta, a pesar de lo maravillosas que son, la única flor que no tiene miedo de mostrar ante todos que esta viva." La joven lo veía sonrojada, nadie nunca había hablado así de uno de sus girasoles . "La única planta que no teme mostrarse viva." - se dijo a si misma mientras volvía a recostar su cabeza en el pecho del jinete. -"Es extraño hablar de girasoles con alguien que tiene un punto de vista diferente a este mundo." - dijo ella. -"¿Enserio te gusta hablar conmigo?" -"Demasiado." Nunca alguien le había dicho a Musiel que su platica le hacia sentir bien, por primera vez sentía que no era loco al expresarse así, ese era al mundo al cual pertenecía. "¿Crees que en mi haya algo de magia?" - preguntó Musiel mientras pasaba suavemente sus dedos por el hombro de Nathanielle. "No solo lo creo, lo se." contestó ella parándose rápidamente. "¿Qué pasa?" - preguntó él. "Ven conmigo." La chica tomó la mano de su amado y corriendo lo llevó hasta un pequeño pantano turquesa. "Toca con tu dedo indice el agua." -ordenó la hada mientras se arrodillaba ante el pantano junto a Musiel. Ayudó a subir la manga de su camisa a la altura del codo y él poco a poco acercó su mano al agua que por alguna extraña razón iba cambiando de tonalidades antes de que el siquiera pusiese el dedo. "Mira!"- gritó ella. El agua turquesa se volvía morada y después plateada... "Tu tienes una gran magia amor." - Musiel miraba asombrado el agua. 

domingo, 11 de marzo de 2012

sábado, 10 de marzo de 2012

Solo por hoy...

*u* Trabajo feliz, acabaré en el mercado negro intercambiando piezas por iguanas :(

viernes, 9 de marzo de 2012

El puente 75

Nathanielle colocó uno de los pétalos rojizos en el piso y este brilló fuertemente haciendo brillar a los otros 3 que guardaba Nathanielle y a lo lejos pudieron ver un potente rayo de luz dorada que venía de lo alto de esa colina, donde por primera vez se vieron Musiel y su hada. "¡Ahí esta!" - gritó el Joven corriendo apresurado hacia ese lugar, hacia ese rayo de luz que los hacia sentir cálidos y victoriosos. "¡Lo hemos logrado!" - dijo Griham mientras se paraba en el hombro del jinete y se sostenía cuidadosamente de su oreja derecha. Nathanielle no podía creerlo, había encontrado de nuevo su magia. Podría ser un hada de girasoles, ayudar a sus amigas hadas y al reino y a la vez estar con su amado, era perfecto. Musiel cansado llegó al final de la colina y sacó suavemente del bolsillo a la pequeña hada para que esta tomara uno de los pétalos y los colocara junto con los demás. El girasol era enorme al lado de la diminuta Nathanielle. -" Vamos Natilli, hazlo rápido." - dijo el joven sonriendo tiernamente. -"¿Natilli?" -"Así te diré cuando estés de este tamaño, mi pequeña hada... vamos toma un pétalo." No podía creer lo hermoso que era ese girasol, que después de tanto tiempo siguiera siendo tan perfecto; el más hermoso de todos los que había hecho y quizás se debía a la estrella que lo había besado o a lo que en verdad significaba ese girasol. "La señal de nosotros." - se dijo a si misma mientras intentaba arrancar suavemente uno de los pétalos. Pero de pronto una brisa gélida golpeo a Nathanielle y esta salió volando a lo lejos. "¡Nathanielle!" - gritó Musiel corriendo tras su hada. Una risa maléfica se escuchó por todo el lugar, un eco profundo decía su nombre y su corazón comenzó a latir asustado. El hada sentía poco a poco como la fuerza iba disminuyendo, como se iban quebrando sus alas. "No temas por favor Musiel , no dejes que haga latir tu corazón." Él pudo oírla y se esforzaba en no sentir, en no escuchar a Lesia atravesar sus oídos, pero era demasiado difícil. La misma brisa helada trajo de regreso a Nathanielle a los pies de Musiel. "Aquí esta tu hada."- dijo Lesia apareciendo repentinamente frente a ambos, Él tomo en sus manos a la hada y la pego a su pecho. "Ella me dijo lo que significa esta flor." - dijo la dama de negro sacando de su manga un pequeño recipiente donde estaba Agatha atrapada. "¿Agatha?" - susurró Nathanielle con lagrimas en las mejillas.

jueves, 8 de marzo de 2012

El puente 74

Los ojos del hombre lobo atravesaban la mirada de su hermano que dejaba caer sobre su afilada cara delicadas lagrimas de tristeza y felicidad. La respiración del animal se hacía cada vez más profunda, había recobrado las fuerzas y también la conciencia. De un momento a otro el hombre lobo se desprendió del suelo y salió corriendo hacia los arboles secos. "Andél!" - gritó Musiel corriendo tras él, pero la criatura no se detuvo. -"¿Quién es Andél?"- preguntó Griham a Nathanielle, ambos miraban como el jinete corría en vano tras el hombre lobo. -"Es su hermano desaparecido." -"¿Desaparecido?" - "Musiel no ha sabido de él en varios años, después de.." - La hada guardó silencio, no estaba segura si era bueno que contara al troll los secretos que alguna vez el joven le contó. -"¿Después de...?" Ella lo miro insegura y cambió el tema al momento justo en que veía venir a su amado de regreso. "Es mi hermano Nathanielle. Lo tuve en mis brazos y ahora de nuevo ha desaparecido..." -"¿Cómo estas tan seguro de que es él Musiel?" -"Su mirada, sus ojos... son los ojos de mi hermano, eso explicaría por qué no lo he visto en tanto tiempo, quizás vive en estos bosques cuidándose; cuidándonos de lo que se ha vuelto." -"Necesitamos encontrar el girasol." - interrumpió Griham algo molesto de no entender la platica de los jóvenes. "Tiene razón." - contestó Musiel ayudando a Nathanielle a entrar en el bolsillo. -"Si nos siguió hasta acá, es probable que lo siga haciendo; solo tiene miedo." - dijo la hada abrazando el pecho de Musiel. -"Eso espero, quiero saber de mi hermano... a pesar de todo lo extraño demasiado. Quizás sea lo único que me quede de familia." -"Y quizás también tu abuelo." - finalizó Griham dando unas palmadas al hombro de Musiel para que este apresurara el paso, se estaba haciendo de noche pero Musiel no quería avanzar, quería estar seguro de que su hermano aún lo seguía, que pronto acabarían las noches de hechizo y volvería a ser el de siempre. Su hermano mayor.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El puente 73

-Agatha-

Habían pasado ya 2 semanas de la competencia y Agatha seguía a la delantera junto con otra mariposa, una más casi las alcanzaba y para sorpresa de muchos Femix también estaba en la final. La araña y la libélula se habían hecho grandes amigos en esos contados días, intercambiaban historias y secretos conforme la competencia avanzaba y cada día se necesitaban más. Estaban enamorados. 
El último día los jardines estaban completamente decorados de colores pastel. Los arboles tenían millones de serpentinas color azul cielo que caían rosando los pastos repletos de orquídeas y margaritas, nunca antes nadie de ellos había observado un paisaje así y era para ellos. Varios insectos estaban sentados en las ramas de los arboles observando competir a sus favoritos, mariposas; libélulas y arañas enloquecidos aplaudían al ver salir uno por uno a los finalistas. "Recuerden que solo 3 de ustedes podrán ser insectos mágicos, el que sobre tendrá que vivir en el mundo humano como un insecto normal. No son válidas trampas ni atajos; tampoco pueden ayudarse entre ustedes." - dijo la hada de Sol que era quién elegiría ese día a los mejores insectos. Los 4 insectos se miraban entre sí animados, pero Femix no podía ver a nadie que no fuera Agatha, al terminar la competencia; pasara lo que pasara le confesaría su amor. -"Y así es como damos comienzo a esta final, mucha suerte a todos los concursantes, que ganen los mejores." De pronto de un gigantesco árbol llorón se escuchó una especie de silbido, la competencia iniciaba. Su tarea era encontrar unas pequeñas hadas de diente de león perdidas, eran las hadas más diminutas de todas y un solo cambio en el aire podía llevarlas de un lugar a otro en cuestión de segundos. Los 4 insectos apresurados volaban y corrían en busca de la pequeñas criaturas. Quizás las hadas y la libélula tenían alas, pero Femix tenía 4 pares de ojos que le ayudaban a ver todo con mayor claridad y de pronto las vio... eran 3 pequeñas hadas abrazadas en la punta  de una rama seca a poca distancia del suelo, la araña necesitaba ver a Agatha y decirle que las había encontrado; pero sabía que era prohibido. Femix logró subir a la rama fácilmente y con cuidado colocó a las pequeñas hadas en su lomo.Tenía en sus planes dejar a una de ellas cerca de donde volara la libélula, pero... ¿Lo descubrirían?

martes, 6 de marzo de 2012

El puente 72

"Se ha escapado majestad." - dijo un lacayo escondido tras una de las inmensas columnas que dividían la biblioteca del corredor principal, que unía la ante sala con un pequeño corredor donde antes se encontraba la colección de arcos y flechas del Papá de Musiel, ahora ocupaban su lugar miles de floreros vacíos que Lesia adoraba coleccionar. "¿Porqué te escondes? Ven y dímelo de frente." - contestó la mujer que abría una de las ventanas de la biblioteca para dejar salir a una polilla desorientada. El lacayo camino lentamente tomando sus manos con temor y jorobado sin ver a la dama de negro volvió a decir. "Se ha escapado... nadie sabe como, pero no esta y las cadenas están ensangrentadas así que lo más probable es que no este lejos." -"¿Nadie sabe como? ¿Es probable?" - repitió Lesia molesta mientras se daba la vuelta y caminaba hacia el hombre que sin pensarlo comenzó a temblar. "Les dejo una tarea, que deben cumplir solo 7 días al mes... Una simple tarea que cualquier inepto podría hacer.. ¿Y ustedes 3 no reúnen la capacidad necesaria para tener vigilado a un maldito hombre lobo?" -"Lo lamento, lamentamos Señora... necesitamos su permiso para ir a buscarlo." -"Vayan rápido." contestó la dama más tranquila y haciendo un ademán con la mano izquierda corrió al hombre de la biblioteca, hasta que de pronto comprendió. "Va a avisarle." - se dijo a si misma. -"El me escuchó, el lo sabe; le va a advertir." Lesia se desvaneció en una nube de humo negro y reapareció en frente del hombre que corría hacia afuera del castillo. "¡¿Cómo pudieron dejarlo escapar?!"- gritó. El hombre asustado piso en falso y cayó sobre su espalda. -"¡Va a avisarle! ¡Debieron matarlo antes de dejarlo escapar!" -"¿Cómo podríamos matar a su esposo Majestad?"- contestó el hombre con la voz cortada. Lesia lo miraba sorprendida.

lunes, 5 de marzo de 2012

El puente 71

-Recuerdos de Él-

Andél era unos años más grande que Musiel, sus ojos al igual que los de su hermano menor eran cafés y profundos, pero quizás ese era el único parecido que tenían los dos hermanos, principalmente los diferenciaba su carácter y su forma de ver la vida.
"¿Qué es lo que haces todas las noches en  la biblioteca Musiel?" - preguntó Andél mientras ambos caminaban de regreso a casa después de haber salido a caminar, luego de una pelea entre ellos por culpa de un rumor que se había hecho en el castillo. Según los rumores Musiel había tomado el barco a escala de madera favorito de Andél, lo había puesto a navegar en el río y este se había hundido en las profundas aguas heladas del canal. -"No hago nada, solo leo... aveces busco libros que quizás no existan, pero paso toda la noche buscándolos." Andél miraba extrañado a su hermano, siempre había sido diferente; pero sobretodo siempre había sido demasiado callado. -"Te contaré un secreto, pero promete no decirlo ¿vale?" -"Pero claro que no lo diré tonto." - contestó el hermano mayor con una sonrisa sarcástica en los labios. -"Hay una sección de libros en la parte trasera de la biblioteca, libros de Mamá y el Abuelo; esos no me deja agarrarlos Papá por que dice que solo hacen que tenga pensamientos insanos y sobretodo irreales. Pero Mamá dijo que si encontraba los libros, podía leerlos en silencio." - dijo Musiel mientras colocaba sus manos en los bolsillos de su pantalón. Andél lo miraba extrañado. "¿Libros de qué?" -"Mundos mágicos, hadas; dragones; ninfas y magos." -"¿Crees en eso?" -"He visto varias cosas Andél, pero no le he hablado a nadie de esto." Quizás Musiel no recordaba que su hermano podía tomar cualquiera de las palabras que decía como venganza por su barco desaparecido, pues él sabía que no eran solo rumores; el barco yacía en las profundidades de un río y siempre había sido su preferido; pero a pesar de todo Musiel quería contarle eso a su hermano. "¡Papá!" -es lo último que escuchó Musiel de la boca de su hermano esa noche, pudo verlo correr escaleras arriba con esa gran noticia y sin embargo Musiel se sentía bien de habérselo contado.

domingo, 4 de marzo de 2012

El puente 70

-Recuerdos de Ella-

"No puedo hacerlo." - dijo entre sollozos una pequeña hada de alas transparentes con toques dorados que sentada sobre sus tobillos veía a los ojos a una hada más grande con enormes alas color azul obscuro. -"Si no dejas de quejarte y te concentras en ello, lo vas a lograr... ¿Crees que es fácil mantener la luna así de brillante todas las noches o cambiarla de formas; incluso que aveces se vea más grande o cerca? No es fácil, ningún talento es fácil Nathanielle, pero debes intentar." - dijo la hada de luna acariciando el cabello café de la hada. El girasol que había creado era pequeño y común, sus pequeñas hojas iban cayendo una a una sobre el pasto y lo negro de su centro parecía más bien gris, como los tallos y las hojas. -"Es que no es el único que sale así, en verdad no creo ser un hada de girasoles." - dijo Nathanielle mientras se paraba y cruzaba sus brazos un poco indignada. -"Sólo hay una hada de girasoles cada 1000 años, nacen cuando el sol esta besando el horizonte en el más hermoso de los crepúsculos, cuando un petirrojo canta la primera canción a la noche y una libélula vuela cerca del último rayo del sol... el viento de otoño recorre todo el mundo mágico en busca de la única semilla de girasol que los pequeños ratones no han robado y deja caer un poco de su magia en ese lugar y así es como nacen las hadas de girasoles y así es como naciste tú." - susurró la hada de luna totalmente segura de lo que decía. -"¿Entonces por que no he podido hacer un girasol bonito?" -"Por que aun no crees en ti. Cierra los ojos y piensa en lo que más amas de la vida." Nathanielle imaginó un par de búhos ancianos abrazados en la copa de algún árbol lejano. Después imagino al sol cuando declara su amor en los amaneceres a la luna. -"Creo que ya lo tengo." -"Hazlo." Y entonces Nathanielle volvió a sentarse sobre sus tobillos y pensó en todo eso que hacía a su corazón latir. Poco a poco el girasol crecía más y más y de ser una diminuta flor se volvió un sol terrestre. "¡Ahí lo tienes!"- gritó la hermosa hada de alas azules. -"Y no se que es lo que me motiva, pero hace a mi corazón latir."

sábado, 3 de marzo de 2012

El puente 69

"¡Musiel!"- escuchó el joven cuando regresó a la realidad. Mil cosas pasaban por su mente, recuerdos; imágenes y aún no tenía claro de donde conocía esos ojos cafés que hacia unos minutos antes lo habían mirado fijamente, con tristeza y sorpresa. Imágenes, mil imágenes volaban en su mente y se sentía frustrado de no poder recordar. "¡Ayúdanos!"- gritó Griham que ya se encontraba encima del hombre lobo. Musiel corrió hasta donde ellos estaban y al arrodillarse ante la inmensa criatura preguntó. "¿Que podemos hacer Nathanielle? ¿Porqué quieres ayudarlo? Es un hombre lobo, son demasiado peligrosos y lo sabes..." -"Pero es un ser vivo, probablemente vivía en el mundo mágico y todo lo que pasó lo hizo venir a estas tierras, los hombres lobo a pesar de todo tienen ética. Saben que no pueden salir del mundo mágico pasadas las 7 noches de luna que los ponen así. Debía estar desesperado y míralo; está mal herido." La pequeña hada seguía moviendo sus manos encima de las heridas de aquel hombre lobo. "¿Estaba encadenado?" -preguntó Musiel pasando suavemente sus dedos por encima de las llagas del animal. -"Eso parece ¿verdad?" - contestó Griham que recorría el pastizal en busca de alguna planta que pudiera ayudarlo a hacer algún ungüento para el hombre lobo. "¿Y si despierta?" -preguntó Musiel, esperando que lo hiciera y poder entonces reconocer la mirada del ser. -"El nos estaba siguiendo, pero no creo quisiera hacernos daño; si te das cuenta paró unos segundos antes de desmayarse, probablemente necesita nuestra ayuda." El jinete a pesar de que escuchaba todo lo que decía Nathanielle no podía prestar atención, las marcas de ataduras en los tobillos y muñecas del hombre lobo lo tenían inquieto. "Creo que no soy lo suficientemente poderosa aún. No esta sanando rápidamente y temo que pueda desangrarse." -se quejó la pequeña hada mientras bajaba del pecho del animal. -"Creo no podremos hacer nada." - dijo el troll resignado, pues todo aquel pasto quemado no podía darle nada para ayudar a la inconsciente criatura. "¡No lo podemos dejar así!"- gritó Musiel desesperado poniendo ambas manos encima de las heridas del hombre lobo, el color rojo escarlata comenzaba a pintar sus dedos y palmas, pero no le importaba, él necesitaba saber. -"Musiel, es que no sabemos que hacer." - dijo Nathanielle con lagrimas en los ojos al ver la desesperación de su amado y saber que no podría hacer nada. "Tus pétalos dámelos." - dijo Musiel, la hada los colocó en su mano y los pétalos amarillos se volvían rojos con la sangre que tenían sus dedos, el joven los colocó sobre el pecho y brazo del animal pero no había respuesta. El corazón del hombre lobo latía cada vez más lento y su pelaje se volvía frío. Las lagrimas en los ojos de Musiel no tardaron en aparecer. "¿Qué pasa Musiel, conoces a este hombre lobo?" - preguntó Griham asustado. "No lo sé." - contestó el jinete. -"Pero conozco su mirada." Musiel se dejó caer encima del cuerpo casi inerte del ser, cuando de pronto una luz verde atravesó el cuerpo del hombre lobo. "¡Musiel! La hoja color oliva, sácala." - gritó Nathanielle. Rápidamente sacó esa hoja y la puso encima del brazo del hombre lobo, mágicamente las heridas comenzaron a cerrarse y toda la sangre volvía lentamente a su lugar, como una catarata inversa que culminaba en las heridas cerradas del hombre lobo y segundos después esa mirada conocida se clavó en Musiel. "Andél." - Susurró.

viernes, 2 de marzo de 2012

El puente 68

El día era demasiado claro a pesar de que el sol no estaba en su total esplendor. Los rayos de las nubles blancas que cubrían el enorme astro acariciaban suavemente los labios de Musiel, que al abrirlos pudo sentir las pequeñas manos de su hada acariciándolos. Abrió sus ojos y sonrió. "Buenos días." -"Buenos días pequeña hada." - respondió el mientra tallaba sus ojos para poder lubricarlos mejor. -"No soy pequeña, bueno... sólo un poco, pero ya nos iremos acostumbrando." - dijo Nathanielle mientras arrojaba pequeñas piedras a la cabeza de Griham. "Ya entendí el concepto, ya estoy despierto." - gruño el troll mientras acomodaba sus despeinados cabellos bajo un pequeño gorro de hoja que se había puesto a hacer en la noche. "Musiel sobre lo que me contaste ayer, creo que es importante que vayamos a hablar con ese hombre..." -"Tengo miedo ¿Y si el sabe donde esta mi abuelo?" - preguntó el chico angustiado. -"Pues eso es lo más importante, saber donde esta tu abuelo mi amor. Deja atrás rencores, quizás lo que tu piensas no es lo que en verdad es." -"¿A que te refieres?" Nathanielle guardó silencio mientras se acomodaba de nuevo en el bolsillo de Musiel. "Vayamos a buscar el girasol y después vamos a buscar a tu Abuelo." - "¿Buscar más cosas? Bah! Vamos... no podríamos solo descansar un poco más." Ambos rieron mientras el pequeño troll se sentaba en el hombro de Musiel. "No se ni de que te quejas, tu no caminas." La tarde pasó rápidamente, Musiel caminaba con agilidad en esas tierras que hacía mucho había cabalgado con su Padre. Las colinas antes verdes eran de un tono amarillento casi quemado. A mitad del camino cuando el crepúsculo tocaba los pastizales amarillos los 3 viajeros empezaron a escuchar pasos tras de ellos. "¿Quién anda ahí?" - preguntó el troll con un tono grave que Musiel y Nathanielle desconocieron. "Esto servirá para que se asuste.. sea lo que sea." - susurro Griham al oído de el jinete para que no se espantaran. Los pasos cesaron por poco tiempo, pero en menos de lo que ellos comenzaban a caminar de nuevo; volvieron a sonar. "¿Quién esta ahí?" - dijo Musiel fuertemente, pero no hubo respuesta. Musiel empezó a acelerar el paso, casi corría a través de esos pastizales que le llegaban a las rodillas, los pasos iban a la misma velocidad de él. Nathanielle se asomó por su hombro y fue entonces que gritó: "¡Detente!" El jinete paró en seco y al darse la vuelta pudo verlo, era un hombre lobo herido de su brazo izquierdo, su mirada triste logró cautivar los 3 pares de ojos que lo veían atónitos. Nathanielle se resbalo lentamente por la espalda de Musiel hasta llegar a sus piernas y de ahí al suelo. Él y el troll pudieron ver el pasto moverse de un lado para otro mientras la pequeña hada se abría espacio en esa selva quemada. El hombre lobo cayó al suelo desmayándose frente a ellos. "Ayúdenme" - dijo la hada mientras movía sus manos suavemente sobre el brazo del extraño ser. Musiel no podía moverse, estaba congelado pues en esa mirada estaban los ojos que nunca pensó volvería a ver.

jueves, 1 de marzo de 2012

El puente 67

-Agatha-

Ese día Agatha pasó por varias pruebas. "Intenta dar tres vueltas a esas rosas sin tocar sus pétalos.", "Vuela lo más alto posible y déjate caer lo más que puedas antes de usar tus alas para elevarte"; "Nada lo más cerca del agua..." y así un sin fin de pruebas que ponían esas hadas serias a la libélula; las mariposas; su nuevo amigo y los demás insectos que uno a uno iban abandonando la competencia para volverse simplemente "insectos del mundo humano." Las mariposas aleteaban presumidas, algunas más humildes se acercaban a dar consejos a las demás criaturas y las más destacadas solo se limitaban a reposar sus alas en los hermosos tulipanes que decoraban ese jardín de competencias. "¿Crees que lo logremos?" -preguntó Femix tras mostrar un notable cansancio mientras se dejaba caer en una pila de hojas secas donde Agatha veía a su competencia tan tranquilamente volando. "Claro que lo vamos a lograr, es sólo que nos va a costar un poco más de trabajo; pero claro que lo haremos solo debemos confiar en nosotros." - dijo la libélula mientras intentaba imitar el volar de una mariposa monarca que pasaba constantemente cerca de ambos. "Creo que debemos hacer justo lo contrario de lo que ellas hacen." - dijo la araña sonriendo a Agatha que al notar que se había dado cuenta de que las imitaba se sonrojó. "¿Enserio crees eso?" - "A ellas les funciona por que son mariposas y nacieron para volar así y hacer esos trucos, pero nosotros tenemos muchas cosas que de naturaleza sabemos hacer, solo hay que sacarlas y no fijarnos en lo que hacen ellas." Femix se veía muy seguro de lo que decía y transmitía esa seguridad a Agatha. "Tienes razón." Entonces la libélula comenzó a volar en zigzag por todo el jardín, sin ver quién la veía o quién no... voló como nunca antes había volado y no era un vuelo limpio y delicado, era simplemente el vuelo de una libélula. Las hadas la veían impresionadas, algunas mariposas sentían la misma emoción, mientras que otras envidiaban el vuelo excéntrico de Agatha. "Eso es lo que necesitamos" - susurró una hada de fuego a una de aire. -"Vuelos así solamente son necesarios pare el cuidado de hadas querida." -"Precisamente, ella puede funcionar para cuidar hadas."