lunes, 12 de diciembre de 2011

El puente 3

El jinete iba a gran velocidad pisando todas las hojas secas de esa tierra donde el en verdad no quería vivir, las lagrimas no querían asomarse pero su corazón latía como si fuera a salirse de su pecho, tras el una libélula luchando contra la fuerte brisa volaba pidiendo a gritos que parara ese caballo.
Y de pronto él lo sintió, sintió la necesidad de parar y quedar en medio de dos inmensos árboles desnudos de hojas, su corazón frenaba y de pronto sintió un suave aleteo al lado de su oído. "Debes volver" escuchó cerca de su oído.
Al voltear no había nada, el caballo sin petición dio la media vuelta y camino lentamente de nuevo a aquella tierra húmeda, a aquella tierra mágica donde sabía que era su lugar. En su mente solo el rostro de su hada estaba, con lagrimas en los ojos y el cabello enmarañado. Su mente le decía que era demasiado tarde para volver, que aquel mundo mágico quizás si estaba mejor sin él.
Pero al irse acercando y verla aún sentada en esa columna rota lo hizo cambiar de parecer, ella al ver acercarse al jinete y el caballo se quedó inmóvil esperando que no fuera una ilusión.
Él se bajó lentamente del corcel y caminó de nuevo a la mitad del puente, ella de nuevo se bajó de aquella columna y se puso frente a él, una brisa fuerte se fugó de la tierra húmeda y movió todas las hojas de la tierra seca que pudo y ellos en medio de aquel torbellino se miraban a los ojos.
"¿Acaso piensa regresar?" - se preguntó ella mientras el viento agitaba sus cabellos.

1 comentario:

  1. por un momento sentí miedo que aquel jinete no volviera, pero vaya ahora solo espero que tenga palabras hermosas para esa hada...

    la sequía es mala te deja secuelas, que solo va curando aquella tierra viva, donde todo lo mágico es MÁGICAMENTE POSIBLE

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