-Recuerdos de Él-
Hacía poco que Musiel estaba de nuevo en el castillo, las paredes empedradas; las cortinas inmensas color rojo que tapaban los enormes ventanales y los pisos de madera fina eran los mismos. Todo parecía en su lugar cómo hace 10 años que había partido del lugar. Con 20 años sus ojos habían visto más de lo que algunos con 50 años pudieran imaginar y el eco de sus pasos por aquel amplio corredor no llegaban a calmar los gritos en su mente, gritos de jubilo por estar de regreso; por volver a verlos... abrazar a sus hermanos y papás.
Algunos muebles estaban polvosos y en las esquinas se apreciaban enormes telarañas sin habitantes y a la mitad del corredor la luz que entraba de una puerta entreabierta que lo invitaba a inspeccionar. -"He vuelto Mamá." dijo fuertemente mientras trotaba hacia la puerta casi cerrada. Al abrirla por completo vio la alcohoba de su madre intacta, la cama tendida y el enorme tapete, color café que siempre pensó que era un enorme oso, estaba aún ahí... algo sucio pero en la misma posición de siempre. -"¿Mamá? A lo lejos se escuchaban pasos corriendo a toda velocidad hacía la dirección donde él se hallaba. -"Joven Musiel a vuelto, acompañenos." -dijo uno de los sirvientes que Musiel no reconocía, pero al otro más anciano si. -"He vuelto, donde estan todos?" -"Siganos por aquí joven le explicaremos todo en el trayecto."
De pronto, por uno de los ventanales que no estaba cubierto por la cortina roja; logró ver una luz roja que atravezaba el cielo. -"Ya esta aquí." -gritó el sirviente más joven mientras jalaba la camisa de Musiel para que apresurara el paso. "¿Que esta pasando?" Y antes de que cualquiera de los dos sirvientes le contestara todo se nubló de repente para Musiel y así acababa ese recuerdo.
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