lunes, 20 de agosto de 2012

El Puente 97

Agatha y Griham observaban desde los hombros de Andél a Nathanielle y Musiel. Ambos se veían tan tranquilos, tan serenos abrazándose a sabiendas de que quizás en pocos minutos la historia cambiaría. Una lagrima se asomó de los diminutos ojos negros del Troll y antes de que cualquiera de sus compañeros pudiera notarlo la limpió sutilmente. Los ojos de Musiel eran más obscuros que nunca, sus pestañas hacían parecer que sus ojos estaban delineados, su mirada era la misma tan profunda que Nathanielle conoció hacía unos años en esa colina. Los ojos de Nathanielle eran los mismos en forma de almendra y un color café rojizo en el centro. "No creo poder olvidarte." - susurró Musiel al oído de su amada. "¿Lo prometes?" - "Lo juro." Una a una las estrellas que antes observaban desde el cielo negro iban bajando y rodeando a los dos amantes. "¡Nathanielle!"- gritó Agatha intentando volar hasta donde el remolino de estrellas comenzaba a nacer, pero Andél la tomo entre sus manos impidiéndole alejarse. La hada giró su cabeza ligeramente hacia la derecha para poder ver a la libélula; sólo sonrió, en esa sonrisa iba oculto un "...todo estará bien." Las estrellas giraban a su alrededor y al prestar atención se dieron cuenta que eran millones de diminutas hadas que se abrazaban y giraban en torno a ellos. Musiel no dejaba de abrazar a Nathanielle con todas sus fuerzas. "Dilo"- le susurró al oído. La hada dejó caer una última lagrima antes de besar los labios de Musiel. -"Quiero recobrar mis alas, quiero volver a ser una hada... no una hada enamorada, una hada de verdad." De pronto del cielo negro cayó un rayo turquesa que logró que el tiempo se detuviera. Musiel estaba inmóvil, las hadas paralizadas en el aire, a lo lejos Andél, Griham y Agatha eran de piedra y sólo Nathanielle podía entender lo que pasaba. "¿Estás segura querida?"- dijo una voz suave que la hada reconoció de inmediato. Era la hada de Sol que se encontraba tras ella. -"Lo estoy." -"¿Tienes todos los pétalos?"  -"Sólo algunos, algunos otros los perdí." - "Te ayudaremos encontrar los otros querida." La hada de Sol se acercó al chaleco de Musiel y sacó de su bolsillo los dos pétalos que su hermano había rescatado. "Tómalos y cuídalos." Nathanielle besó los labios helados de Musiel y dio un paso hacía atrás. "Te amo y te amaré siempre... volveremos a encontrarnos." La hada de Sol acarició los cabellos castaños de Nathanielle. -"Claro que volverán a estar juntos, yo lo sé. ¿Lista?" - "Lista." Una fuerte luz atravesó a la Hada, una luz morada iluminó todo el bosque misterioso. De pronto todo había cambiado.

1 comentario:

  1. NOOOOOOOO!!!!!!! pero que tremenda escena es como el mundo inmóvil y el reloj biológico avanza sin que nadie mas se de cuenta que tu, sin duda en el momento que avance ya nada sera como antes, no quiero termine pero siento que estoy a punto de leer el final de esta primera parte de la historia, de nuevo escribes increíble

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