El Puente 92

"Sin el girasol, ella no tendrá forma de regresar con él."- le dijo la dama de negro a su reflejo con una sonrisa siniestra acompañada de un brillo de preocupación en sus ojos. Esa voz en su mente le gritaba que el hombre lobo había logrado salvar lo poco que quedaba del girasol y si era así de una u otra forma Nathanielle tendría el poder de hacer regresar a Musiel, el poder de volver a ser una hada poderosa; el poder de destruirla. Las dudas y las preocupaciones eran ahogadas con su risa histérica. -"Ya no pienses estupideces Lesia, todo será tal como lo planeaste. Justo así. La libélula me sirvió de mucha ayuda y no permitiré que nadie haga las cosas a contra de mi voluntad." El castillo nunca había estado tan callado, un silencio perverso acompañaba todos los rincones, la mayoría los sirvientes se habían ido a dormir temprano a sabiendas de que su Ama podría molestarse, pero en la mente de la dama yacían otras preocupaciones. La noche poco a poco robaba el cielo y las estrellas asustadas habían huido del firmamento probablemente yendo en busca de la luna que no se encontraba por ningún sitio. Lesia miraba a través de un vidrio roto y pensaba, analizaba y sabía que todas las estrellas eran parte de ese mundo mágico que no conocía y que estaban dispuesta a abandonar los cielos por ayudar a Musiel y Nathanielle, probablemente la luna brillaba justo en el lugar donde su esposo escondía el girasol y su corazón se llenó de odio... parecía que habían muchos más en su contra, muchos más.