viernes, 4 de noviembre de 2011

Diamantina

Diamantina cae de mis ojos, cómo lluvia dorada que escarcha mi vestido rojo. A lo lejos un duende de medias verdes me ve, y yo lo veo a él. Sus ojos cafés, su pelo exageradamente elevado y su tímida sonrisa... roban la mía y espero a que venga a hablarme de él...


Diamantina tiene mi cabello y refleja la luz de una luna plateada, ilumina a lo lejos a aquél duende que de momento esta dormido, quisiera aventarle una piedrita y que me vuelva a ver; cojo la más diminuta la lanzo y veo sus ojos abrirse repentinamente, entonces se levanta...


Diamantina tienen mis brazos, cómo arena de dunas que jamás visité y veo a aquel duende acercarse lentamente y siento mis mejillas arder. Me toma del brazo y me eleva a su altura; "te extrañé" susurran sus labios; aquellos que no puedo dejar de ver y de pronto los acerca suavemente a los míos...


Diamantina tienen mis labios, decorando los labios de él, siento su corazón casi salirse; cómo el mio lo hace también. Y acaricio su cabello alborotado, mientras el alborota el mío.. y así es cómo encontré de nuevo a mi duende; en una noche que brillaba por doquier.

1 comentario:

  1. Que hermoso escrito en verdad... llenaste de Diamantina cada parte cada cosa, cada palabra y haces brillar cada sentimiento ahí involucrado... me gusta

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