El Caballero.
El caballero.
La noche era serena y obscura, en su armadura se reflejaba la luna lejana que aún cuidaba sus pasos cansados; que andaban por ese castillo destruído. Su barba plata llegaba hasta los inicios de su corazón, aquél corazón apuñalado que latía desde hacía tanto tiempo con pesar. Sus ojos habían olvidado cómo eran sus ojos y sus oídos no recordaban su propia voz, en aquel castillo destruído el caballero había perdido su memoria. Aveces cuando no escuchaba su respiración adolorida salía al balcón a platicar con las estrellas, que él veía cada vez más lejanas. "¿A donde se van?" - preguntaba todas las noches el caballero a las mismas 12 estrellas que abrazaban a la luna. Abajo del castillo los huesos de un enorme dragon dormido eran él único recuerdo visible que tenía el caballero... aveces sus memorias regresaban al ver los enormes huesos de las alas extendidas. ¿Donde había quedado su espada? ¿Donde estaba la Princesa? ¿Donde estaba su corazón?
"¿Donde había quedado su espada? ¿Donde estaba la Princesa? ¿Donde estaba su corazón?"...
ResponderEliminarSon las mejores preguntas con las que pudiste haber cerrado este pequeño cuento o relato. Me gusta la sensación que da la descripción de aquel caballero, me pone a pensar.