Abre los ojos, ábrelos lo más que puedas... mira a tu alrededor y desconocelo. Respira como si hubieras olvidado como hacerlo, hazte extraño de tu propio existir y camina hacia la ventana que nunca haz querido abrir, deja que respire; deja que te vuelva a ver. Camina hasta donde no quieres llegar y mira al mundo desde ese balcón por el cual solías vagar; olvidaste cómo volar?
¿Olvidaste como volar?
Extiende esa parte elástica de tu alma, la que te dice que no todo es verdad. Regresa a donde solías estacionar tu coche a mitad de la noche con la radio encendida y grita; grita hasta que veas tres lamparas encendiéndose a la distancia, recuerdas como vivir? Lo haz olvidado? O quizás necesitas volver a aprender.
¿Quieres que aprendamos juntos?
Destapa tus oídos, destapalos cuando antes... deja que el sonido ahogue tus pensamientos y escucha por primera vez tu voz. ¿Es linda no? Impresionate de nuevo al escuchar esa canción favorita en la radio, la que te hacia gritar a mitad de la noche, camina en esa calle que haz olvidado visitar, abraza con los ojos esa vida que no te ha abandonado, solo ha olvidado cómo hacerte sonreír...
¿Cómo puede hacerte sonreír?
Es húmedo, tan húmedo el camino si, pero donde hay gotas de lluvia cuando menos lo imagines habrá vida, donde hubieron lagrimas habrán sonrisas y recompensas que todos los días verás pasar. Todos los días, verás pasar.
"...abraza con los ojos esa vida que no te ha abandonado, solo ha olvidado cómo hacerte sonreír..."
ResponderEliminarme gusta esa estrofa. Sin duda los caminos siempre llevan humedad, lluvia que se transforma en sonrisas y sonrisas que llevan lagrimas pero son las recompensas del día a día... me encanto