sábado, 3 de marzo de 2012

El puente 69

"¡Musiel!"- escuchó el joven cuando regresó a la realidad. Mil cosas pasaban por su mente, recuerdos; imágenes y aún no tenía claro de donde conocía esos ojos cafés que hacia unos minutos antes lo habían mirado fijamente, con tristeza y sorpresa. Imágenes, mil imágenes volaban en su mente y se sentía frustrado de no poder recordar. "¡Ayúdanos!"- gritó Griham que ya se encontraba encima del hombre lobo. Musiel corrió hasta donde ellos estaban y al arrodillarse ante la inmensa criatura preguntó. "¿Que podemos hacer Nathanielle? ¿Porqué quieres ayudarlo? Es un hombre lobo, son demasiado peligrosos y lo sabes..." -"Pero es un ser vivo, probablemente vivía en el mundo mágico y todo lo que pasó lo hizo venir a estas tierras, los hombres lobo a pesar de todo tienen ética. Saben que no pueden salir del mundo mágico pasadas las 7 noches de luna que los ponen así. Debía estar desesperado y míralo; está mal herido." La pequeña hada seguía moviendo sus manos encima de las heridas de aquel hombre lobo. "¿Estaba encadenado?" -preguntó Musiel pasando suavemente sus dedos por encima de las llagas del animal. -"Eso parece ¿verdad?" - contestó Griham que recorría el pastizal en busca de alguna planta que pudiera ayudarlo a hacer algún ungüento para el hombre lobo. "¿Y si despierta?" -preguntó Musiel, esperando que lo hiciera y poder entonces reconocer la mirada del ser. -"El nos estaba siguiendo, pero no creo quisiera hacernos daño; si te das cuenta paró unos segundos antes de desmayarse, probablemente necesita nuestra ayuda." El jinete a pesar de que escuchaba todo lo que decía Nathanielle no podía prestar atención, las marcas de ataduras en los tobillos y muñecas del hombre lobo lo tenían inquieto. "Creo que no soy lo suficientemente poderosa aún. No esta sanando rápidamente y temo que pueda desangrarse." -se quejó la pequeña hada mientras bajaba del pecho del animal. -"Creo no podremos hacer nada." - dijo el troll resignado, pues todo aquel pasto quemado no podía darle nada para ayudar a la inconsciente criatura. "¡No lo podemos dejar así!"- gritó Musiel desesperado poniendo ambas manos encima de las heridas del hombre lobo, el color rojo escarlata comenzaba a pintar sus dedos y palmas, pero no le importaba, él necesitaba saber. -"Musiel, es que no sabemos que hacer." - dijo Nathanielle con lagrimas en los ojos al ver la desesperación de su amado y saber que no podría hacer nada. "Tus pétalos dámelos." - dijo Musiel, la hada los colocó en su mano y los pétalos amarillos se volvían rojos con la sangre que tenían sus dedos, el joven los colocó sobre el pecho y brazo del animal pero no había respuesta. El corazón del hombre lobo latía cada vez más lento y su pelaje se volvía frío. Las lagrimas en los ojos de Musiel no tardaron en aparecer. "¿Qué pasa Musiel, conoces a este hombre lobo?" - preguntó Griham asustado. "No lo sé." - contestó el jinete. -"Pero conozco su mirada." Musiel se dejó caer encima del cuerpo casi inerte del ser, cuando de pronto una luz verde atravesó el cuerpo del hombre lobo. "¡Musiel! La hoja color oliva, sácala." - gritó Nathanielle. Rápidamente sacó esa hoja y la puso encima del brazo del hombre lobo, mágicamente las heridas comenzaron a cerrarse y toda la sangre volvía lentamente a su lugar, como una catarata inversa que culminaba en las heridas cerradas del hombre lobo y segundos después esa mirada conocida se clavó en Musiel. "Andél." - Susurró.

1 comentario:

  1. o por diosss!! es el hermano de Musiel.. pero que le paso???, esto es emocionantee!!!!

    me gusta todo esta parte, cosas nuevas y la historia se pone aun peor de tetrica, cuantos daños mas habra, cuantos??'

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