viernes, 2 de marzo de 2012
El puente 68
El día era demasiado claro a pesar de que el sol no estaba en su total esplendor. Los rayos de las nubles blancas que cubrían el enorme astro acariciaban suavemente los labios de Musiel, que al abrirlos pudo sentir las pequeñas manos de su hada acariciándolos. Abrió sus ojos y sonrió. "Buenos días." -"Buenos días pequeña hada." - respondió el mientra tallaba sus ojos para poder lubricarlos mejor. -"No soy pequeña, bueno... sólo un poco, pero ya nos iremos acostumbrando." - dijo Nathanielle mientras arrojaba pequeñas piedras a la cabeza de Griham. "Ya entendí el concepto, ya estoy despierto." - gruño el troll mientras acomodaba sus despeinados cabellos bajo un pequeño gorro de hoja que se había puesto a hacer en la noche. "Musiel sobre lo que me contaste ayer, creo que es importante que vayamos a hablar con ese hombre..." -"Tengo miedo ¿Y si el sabe donde esta mi abuelo?" - preguntó el chico angustiado. -"Pues eso es lo más importante, saber donde esta tu abuelo mi amor. Deja atrás rencores, quizás lo que tu piensas no es lo que en verdad es." -"¿A que te refieres?" Nathanielle guardó silencio mientras se acomodaba de nuevo en el bolsillo de Musiel. "Vayamos a buscar el girasol y después vamos a buscar a tu Abuelo." - "¿Buscar más cosas? Bah! Vamos... no podríamos solo descansar un poco más." Ambos rieron mientras el pequeño troll se sentaba en el hombro de Musiel. "No se ni de que te quejas, tu no caminas." La tarde pasó rápidamente, Musiel caminaba con agilidad en esas tierras que hacía mucho había cabalgado con su Padre. Las colinas antes verdes eran de un tono amarillento casi quemado. A mitad del camino cuando el crepúsculo tocaba los pastizales amarillos los 3 viajeros empezaron a escuchar pasos tras de ellos. "¿Quién anda ahí?" - preguntó el troll con un tono grave que Musiel y Nathanielle desconocieron. "Esto servirá para que se asuste.. sea lo que sea." - susurro Griham al oído de el jinete para que no se espantaran. Los pasos cesaron por poco tiempo, pero en menos de lo que ellos comenzaban a caminar de nuevo; volvieron a sonar. "¿Quién esta ahí?" - dijo Musiel fuertemente, pero no hubo respuesta. Musiel empezó a acelerar el paso, casi corría a través de esos pastizales que le llegaban a las rodillas, los pasos iban a la misma velocidad de él. Nathanielle se asomó por su hombro y fue entonces que gritó: "¡Detente!" El jinete paró en seco y al darse la vuelta pudo verlo, era un hombre lobo herido de su brazo izquierdo, su mirada triste logró cautivar los 3 pares de ojos que lo veían atónitos. Nathanielle se resbalo lentamente por la espalda de Musiel hasta llegar a sus piernas y de ahí al suelo. Él y el troll pudieron ver el pasto moverse de un lado para otro mientras la pequeña hada se abría espacio en esa selva quemada. El hombre lobo cayó al suelo desmayándose frente a ellos. "Ayúdenme" - dijo la hada mientras movía sus manos suavemente sobre el brazo del extraño ser. Musiel no podía moverse, estaba congelado pues en esa mirada estaban los ojos que nunca pensó volvería a ver.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A esta historia se pone intensa o por lo menos esta entrada culmino de una forma muyyy angustiante y llena de curiosidad... quiero saber quien es ese hombre lobo???
ResponderEliminar