miércoles, 2 de mayo de 2012
The Rose...
Iban cayendo uno a uno sus pétalos rosados, tan lento como el tiempo; tan frágiles como el alma de su guardián. El cristal empañado impedía que aquel ser pudiera ver sus ojos reflejados en el delicado vidrio que lo separaba de su flor. Ambos en el ala oeste esperando quien los librara de su eterno conjuro, él movía todas las noches la diminuta mesa donde esa flor yacía, la colocaba junto a la enorme ventana que los separaba del mundo. Los dos lloraban esperando a quién los liberara, a quién los alejara uno del otro.
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Triste historia pero sin duda la que mas me ha gustado, demasiada enseñanza... tu lucharías contra la bestia que enoja con trastesa y ama con dolor?
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