Hablemos de los segundos, de los que pasan lentos.
Los que se pierden cada vez que pestañeamos,
los que aparecen cuando volteamos hacia el reloj.
Hablemos de los segundos, que olvidas; que olvidamos los dos.
Hablemos del tiempo congelado, el que se queda y no se va.
El que crece en las ventanas como la hiedra verde,
suave y fría su humedad.
Hablemos del tiempo congelado, que se queda... o se va.
No nada mejor que el tiempo congelado ese que se queda como si fue para siempre, en el momento mas adecuado, como cuando le das el primer beso al amor de tu vida... detén los minutos para derrumbar las horas...
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