Un río cruzaba justo al lado de su figura, el agua pasaba tranquila rosando las piedras mohosas; acostada de lado abrazando sus rodillas sentía poco a poco el desvanecer de su cuerpo; sus dedos eran casi invisibles, el aire pintaba el vacío que dejaba, la brisa se la llevaba consigo lentamente y sus ojos cerrado solo tenían una imagen en mente.
Cerraba los ojos y ahí estaba ese niño perdido que tantas veces la había abrazado a la luz de una Luna rosa, una Luna que iluminaba todo Inglaterra, pero ella ya yacía lejos de ese mundo... se encontraba pérdida junto a un río en Nunca Jamás, intentando olvidar, olvidar a Peter Pan.
Sus alas se apagaban, se volvían polvo cómo todo su cuerpo y sus parpados exigían que las lagrimas no conocieran jamás el agua dulce del río, lo salado y lo dulce jamás podrían combinar. Pero en su mente solo estaba Peter Pan, tomando de la mano a su nueva adquisición; una chica de cabellos castaños que aquella hada no quería nombrar.
Los latidos de su corazón eran cada vez más intensos, como si regresara a la vida motivada por un sentimiento tan fuerte como el amor, tan corrosivo como el agua del río que empezaba a agitarse y lastimar el musgo de las piedras. El hada abrió sus ojos y colocó su furia en todo ese bosque.
Su vestido verde se desvanecía para dar lugar a un color negro, negro como sus dilatadas pupilas que miraban con malicia los árboles que desprendía sin piedad, el agua del río se salía de los bordes, olas gigantes chocaban con el resto del bosque, las aves volaban en sentido contrario a su migración; el cielo se obscureció y no había ninguna Luna rosa que pudiera suavizar el momento.
Por eso... no hagan enojar a .....?
Vaya, por mi mente solo cruzaba la palabra tinkerbell, a ella es a la que no se debe hacer enojar? supongo que si es chiquita pero muy peligrosa jajajaja.
ResponderEliminar