El búho y la lechuza buscaban encontrarse para volver a dar estabilidad a la luz y la obscuridad y consigo al día y la noche. Habían cuatro caminos cada uno de ellos con un dragón diferente.
En un momento de esa noche infinita el búho despego sus alas y las colocó lejos de las copas de los árboles, la obscuridad poco a poco se hacía menos densa o quizás eso sentía el ave obscura al pensar que pronto estaría cerca de su lechuza blanca.
La lechuza en un instante del blanco eterno decidió despegar sus alas y adentrarse hacía donde ella creía estaba el camino menos complicado de los 4, aquel que uniría de nuevo el negro con el blanco, a él con ella. Las cuatro cuevas se veían como la perfecta difuminación de blanco con negro y enmedio un gris fuscionaba todo. El búho impaciente se sentó frente a cada una de las cuevas sin saber cual elegir, lo mismo pasó con la lechuza. El calor, la sequía; el viento y la húmedad de las respectivas cuevas sólo era una diminuta probada de lo que hallarían en el interior.
De pronto se pudo escuchar el suave gritillo de la lechuza y el hondo sonido del búho, estaban tan cerca. Ambos decidieron pasar por la cueva con sequía, el dragón de tierra reposaba ahí dentro.. en el medio del gris; esperando que se aventuraran a cruzar.
¿Vuelveme a ayudar, que crees que podrían usar el búho y la lechuza como distracción para sobrevolar al dragón sin ser percatados?
Sus aleteos, supongo que si aletean fuerte y levantan nubes de polvo el dragón no podrá verles, y volar muy alto por encima de esa polvasón... ese es mi consejo mas no se si sea útil...
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