viernes, 21 de octubre de 2011

Tras la montaña.

Unos cegadores rayos dorados, que los ojos los ven blancos, blancos. Asomándose como espiando, a lo lejos tras una montaña me ven. Ocultos y silenciosos rayos del sol que cierran con sus manos mis parpados, para que mis ojos no los puedan seguir. Y poco a poco se resignan y poco a poco parten hacia algún lugar tras la montaña. ¿En donde duermen esos rayos dorados? No se despiden, no dejan que los veas partir y pesan los parpados, hasta que de pronto los puedes abrir. Y ya no están los rayos blancos, y la montaña parece dormida otra vez y es seguro que mañana no vuelvas a ver esa montaña; pero esos rayos buscarán a algún nuevo curioso que los quiera ver partir.

1 comentario:

  1. Puedo sentir aquellos rayos. puedo imaginar aquella montaña.

    ¿Cuando me llevaras a viajar por tu mundo?.

    Me dejo un buen sabor de boca. EXCELENTE

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